Día en mi
Me sabe a poco, pero te sé más libre
Flora vi en tus ojos, fauna en mi divina locura
Cercenar la inercia para seguir respetando
Pasar por debajo de las preguntas,
responderte llorando de espera.
Entre laberintos me cubro de cuero,
que sólo en ti se hace terciopelo.
Granadas desgajo hasta sentirme,
en una ensalada para tus trazos.
Incolumne: agotó las sórdidas llamadas a la confrontación espiritual,
si no es recíproco el olor ajeno.
Cuántas palabras quiero decirte sin dejar de ser el guardian de tu libertad,
no sé vivir con nada más
Instrumentos que arrecien tu espartano idealismo laboral,
sorpresas que me hagan sentir algo racional.
Veleidades que escuchas aún sabiendo que no se hablar,
por donde se cruzan nuestras caras me abres un universo para soñar.
Ante la complementariedad de razones corporales,
yo me desnudo y sé me cae el disimulo.
Iré a otro infierno si de él puedo sacar otra sonrisa,
otra visisón para el quehacer de tu realidad.
Prometo que los compromisos se cumplen,
y yo no soy nadie para negarte el misterio capital.
Monotonía me escupe en la cara, y le digo:
me convertí en macarra para desafiar tu dignidad
"El sobre de la mujer en cartas de encanto"
Pendiente de un mar somero y calmado, haces crecer olas de canto con tu belleza creciente, sirena de pie hasta la luna, fruto del océano cósmico, esa hermosa soledad,en mis ojos aparentes
brotas incandescente del augurio de los desamparados:
mi cuerpo, mi cabeza, mi camino
se me duerme la vida y yo despierto con tus latidos, como un milagro sentidos, en mi conciencia reunidos:
brilla la mar morada,,
de mis ojos bajo grandes y brillantes,
de ti enredados y gigantes.
Blandir un retazo de nube que me llegue,
del asomo al perfil del frenesí,
de caballos en su propia sangre,
alborotado porr respiraciones anhelantes.
Suspiro por ella, la locura ,
y un recuerdo que es un sueño de navegante,
la brújula del lado femenino que abate,
masculino de ver que se ciñe la pasión de contrastes:
simbolismo ancestral, voluntad de comunicación intrigante..
Enviado por Miguel Y.
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