17 de abril de 2011

Sobre las asambleas

Es una cuestión extendida el pensamiento de que las asambleas son la forma más efectiva de darle voz y voto a todo el mundo sin caer en las dictaduras de las mayorías ( y así lo pienso yo) pero también es una cuestión extendida el hecho de que algunas veces la cosa se va de las manos y se acaba hablando de cualquier cosa menos de la que queriamos hablar inicialmente. Es por ello por lo que os traigo una serie de articulos del ya conocido compañero de alasbarricadas.org Acratusaurio Rex, en ellos razona sobre las diversas actuaciones a evitar en las asambleas y de una manera bastante llamativa nos advierte de sus peligros pero también de sus virtudes, esperamos que os guste!

" Tomemos ejemplo de los buenos asamblearios
En el cajón de los lubricantes genitales tenía la protesta de varios lectores, en torno a la mala fama que doy a las asambleas (1), y que teniendo en cuenta que el anarquismo procura el diálogo entre iguales… bla, bla, bla… Cierto que las asambleas son el signo de la igualdad colectiva y de la autonomía individual y grupal. Cierto también, que en la actualidad gozan de mala fama. Las acusaciones más frecuentes son que suelen ser muy largas, que son escasamente productivas, y que alguien murió en una durante un largo bostezo sin respirar.
 
En ellas aparecen esos egotistas asamblearios, que hablan y hablan y exigen que el mínimo detalle de la urna de incineración de Ferrer sea discutido en asamblea, y se le dan vueltas a los temas de manera que al cabo de dos horas, uno, enloquecido, escucha algo de billetes de avión a Frankfûrt, y ni dios sabe qué carajo es lo que se está discutiendo, y los duros militantes contemplan a través de las vidriosas ventanas de sus ojos, como estos se empañan, se nublan sus entendimientos y una mano de hierro retuerce sus glándulas reproductivas.
 
¿Qué es lo que haría falta para que las reuniones asamblearias fuesen más operativas? Para saberlo, fijémonos bien en quienes mejor las emplean, que son los capitalistas. En sus reuniones de manegament, ricos, plutócratas, cleptócratas y capos mafiosos de ideas avanzadas, han abandonado los arcaicos métodos de dirección tiránica, en la que un jefe determinaba la marcha de la empresa. Ahora leen a los anarquistas…, y aplican los métodos de organización libertaria para ganar dinero. Los capis entienden que sus directivos son un capital, lleno de ideas, y aplicar las de una sola persona sería no invertirlas, cosa que para un capitalista es un pecado[...]"
 
 
 
 

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