En España la pena por dañar o "blasfemar" cualquier símbolo patrio está penado con unos cuantos miles de euros de amonestación o incluso alguna pena de cárcel si el caso es muy sonado. Como ejemplos tenemos el juicio contra nacionalistas (en su mayoria) por quemar la foto de "su majestad" el rey Juan Carlos I.
Una de las formas del patriotismo es darle casi un sentido religioso a sus simbolos, como muestras de un avatar de su poder son objetos en los que confluyen sus místicas cualidades de mando y gloria hasta llegar casi a la idolatría por parte de aquellos que se consideran bajo su influencia.
Debemos recordar a la gente y más a nosotros mismos que los trapos siguen siendo trapos por muchas cualidades que les demos, que no se puede ser amante de un pañuelo de colores, que no se puede patriota del negro o del rojinegro sin caer en la contradicción.
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