19 de noviembre de 2010

Dios, recuerda que eres mortal. Artículo de T y L

Artículo aparecido en el Tierra y libertad (órgano de expresión de la FAI) de Enero de 2007 sobre la situación de conflicto entre dos grandes "bloques", los llamados países "democráticos" occidentales y el mundo islámico.

Oculta al menos mi debilidad y salva mi gloria:
Debo regir como Dios el universo previsto; mi imperio se destruye si se reconoce al hombre.

Voltaire ("El fanatismo o Mahoma, el profeta")

Y por fin llegó el Islam. Y esa modalidad de Dios, un dios puñetero, toma su sitio. Desde las torres gemelas neoyorquinas al tsunami, la mano armada de los cruzados de la fe ha declarado la guerra. Pero ¿qué guerra y con qué combatientes? Animados por ese aliento, todos los "deícolas" que tiene el planeta y otros sectarios de todo tipo, alzan el tono y siembran la confusión.
El mundo de los conflictos económicos y geoestratégicos se ha recompuesto claramente. La ofensiva del arcaísmo religioso ha sido sustituida práctica y espectacularmente por las aventuras de la guerra social. Ésta, vasto proyecto revolucionario de emancipación teorizado y practicado sobre todo durante los últimos dos siglos, presenta en la actualidad un balance que se puede expresar en pocas palabras: fracaso polimorfo inapelable. El capitalismo, pues hemos de seguir empleando algunos conceptos generales que están todavía en vigor, ha instalado de modo progresivo el triunfo planetario de la sociedad mercantil (por hacerlo corto y a la moda). Las "leyes de bronce" de la nueva economía financiada se imponen con la consecuencia notable de la generalización de una inestabilidad crónica de las estructuras político-económicas y de la situación concreta de los individuos. Y así es como la batalla contra la marginación de numerosos Estados, o simplemente individuos apenas proletarizados, ha encontrado en el recurso vehemente a los preceptos y otros mandamientos de la religión una táctica de supervivencia ofensiva para los primeros y un conjunto de reglas intangibles y básicas para los segundos. Esta observación no tiene nada de original, pero está en el corazón del regreso a la omnipresencia de la idea de Dios, que de nuevo está por todas partes, en la política local e internacional, en las cabezas de muchos como una novedad y, por supuesto, en las de los que nunca habían conseguido desembarazarse de ellas y se han revigorizado....

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